Soltar los apegos...


Soltar los apegos que nos obsesionan es volver a casa, es dejar de vagar sin sentido, es liberarse del desarraigo y apoyarse en el amor de Dios. Por eso, aprender a soltar los apegos es el camino para liberarse del miedo al fracaso, de los que viven aferrados a cosas exteriores, a personas, a proyectos. Ese miedo revela una de nuestras condiciones mas penosas y profundas: la de tener sentido de pertenencia, un sitio donde sentirse seguros, cuidados, protegidos y amados.

Somos huéspedes en la tierra y en la vida, peregrinos que para caminar necesitan estar ligeros de equipaje, sencillos, desprendidos.


Víctor Manuel Fernandez