He aquí...


He aquí que ésta es mi sola delicia: 
esperar y esperar a la orilla del camino, 
en donde la sombra persigue a la luz 
y la lluvia viene andando 
sobre las huellas del verano.
   Los mensajeros, con las nuevas 
y el aire de otros cielos 
pasan veloces, me saludan 
y se apresuran a lo largo del camino. 
Mi corazón se desborda de júbilo 
y es dulce el hálito 
de la brisa volandera.
   Del alba al crepúsculo estoy en mi puerta: 
sé que de repente vendrá el dichoso instante 
en que veré.
   Entre tanto sonrío y canto, 
solitario. 
Entre tanto por el aire se expande 
el perfume de la promesa...

Rabindranath Tagore